Mi nombre es María Verónica Cienfuegos Cavieres. Algunas personas dirán que fui demasiado arriesgada. Tal vez sea cierto, pero en la vida hay decisiones que se toman sin vuelta atrás. Para el 11 de septiembre, yo tenía 18 años y estaba embarazada, en esas circunstancias salí a la Argentina para juntarme con mi pareja, Carlos, que era del MAPU. Regresé a Chile tratando de encontrar a mi hermano, Sergio Cienfuegos, detenido y desaparecido después del golpe, pero no logré nada. Estando nuevamente en Argentina en 1976, debido al golpe de estado de este país, tuvimos que irnos a Francia donde me separé de Carlos y empecé a militar en el MIR cuyo plan era derrocar a la dictadura y para eso, en 1981, ingresé a Chile como parte de la Operación Retorno. Pero las cosas no estaban bien organizadas y yo y mi pareja, Sergio Flores caímos en un operativo montado por la CNI el 11 de diciembre de 1981. Nos acusaron de tener todo un arsenal y de ser peligrosos terroristas, pero nuestra causa aún está en proceso y considerada como “ejecución fuera de la ley”. Creo que también es fuera de la ley el no haber visto crecer a mi hija, para quien vivo en los libros que le envié desde que la dejé en Francia con su padre.