Somos los NN*, esas letras que tanto me intrigaron de niño en la Iglesia. Nunca pensé que llegaría a ser un NN. Por eso agradezco estar presente en esta arpillera que ha pensado en hacer un homenaje a todos los que desaparecimos sin ser identificados: sin ojos, sin boca, sin rostro, porque lo perdimos todo.*NN: del latín nomen nescio, es decir “sin nombre”