Me llamo Ida Amelia Vera Almarza, pero me decían “la Gigi”, tal vez por mi carácter alegre. Nací en Bolivia, de padre boliviano y madre chilena. Desde niña estudié danza y hasta bailé con el Ministerio de la Educación en presentaciones para los barrios marginales, donde empezó mi inquietud por la justicia social. Luego estudié arquitectura y, en septiembre del 73’, vivía en Providencia. En el momento de mi detención por agentes de la DINA, tenía 31 años y militaba en el MIR. Mi caso no cayó en el olvido gracias a testigos que estuvieron detenidos conmigo y que me vieron muy delgada y torturada. Esta información fue además dada por los diarios El Mercurio y Las Últimas Noticias del día 20 de noviembre de 1974. Para mi familia todo fue sorpresa, estupor y luego dolor, desesperación e impotencia por lo poco y nada que conseguían con las autoridades. Fue el Comité Pro-Paz y posteriormente la Vicaría de la Solidaridad, que los ayudaron en sus presentaciones a la Justicia, dándoles apoyo moral y espiritual. Por eso han participado con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, que, junto a la Vicaría de la Solidaridad, consideran las únicas instituciones que luchan para que en Chile se imponga la Verdad y la Justicia.