Mi nombre es Hugo ARAYA GONZALEZ, me llaman “El Salvaje”, quizás por mis mechas tiesas y mi barba poco cuidada. Casado, 37 años, tengo dos hijos, soy militante socialista, reportero gráfico, profesor y fotógrafo del equipo de la Secretaría de Extensión y Comunicaciones de la UTE, la Universidad Técnica del Estado. El 11 de septiembre de 1973, mi señora salió a comprar porque sabíamos que podría faltar comida, yo me despedí de mis hijos que dormían y salí con mi equipo profesional. Ya sabía del golpe pero me fui a la UTE donde ese día había un acto importante. Al llegar, Víctor Jara ya estaba ahí con su guitarra. Pronto, los militares rodearon la Universidad donde éramos más de mil estudiantes, profesores y funcionarios esperando poder salir, hasta que nos pescó el toque de queda. El rector logró que los oficiales del Ejército aceptaran dejarnos pasar la noche en el recinto, para desalojar a la mañana siguiente. Fue dura la espera, yo hasta me corté el pelo y la barba a tijeretazos para no provocar a los militares al salir. No podía estar sin hacer nada, empecé a moverme para tomar fotos y al ir por un pasillo, un soldado me disparó y me hirió. Pidieron ayuda médica, pero los soldados le disparaban hasta a las ambulancias, así que no llegó nadie. Mi muerte no podía ser escondida y la Comisión estableció fácilmente que fui baleado por personal uniformado y que tales fuerzas hicieron uso de sus armas de fuego en forma indiscriminada e innecesaria.