Soy Héctor Valenzuela Salazar, profesor universitario de filosofía, casado con Hilda Velásquez Calderón, enfermera universitaria y militante comunista.En los primeros días después del golpe, las noticias en Talca no eran claras pero sabíamos que se había iniciado un período que sería cruel para nosotros. El 14 de septiembre de 1973, Carabineros llegó a nuestra casa. En la madrugada habían acordonado el sector advirtiendo a los vecinos de no salir de sus casas. Era un operativo en el marco de las investigaciones que realizaban a raíz del incidente de Paso Nevado. Nosotros no estábamos involucrados, pero sin escuchar razones nos dieron muerte a mi esposa, a mi y a nuestra hijita Claudia Andrea, de 6 años. Por casualidad quedaron heridos nuestros otros dos hijos, Paula y Gonzalo de cuatro y dos años. Hubo distintas declaraciones sobre lo sucedido, finalmente, la Comisión Rettig determinó que fuimos víctimas de una grave violación de nuestros derechos humanos por parte de agentes del Estado, al margen de toda justificación. Yo me pregunto qué mueve a un hombre a actuar de esa manera contra otro, contra niños.