Me llamo Enrique Antonio MAZA CARVAJAL 23 años, venezolano, estudiante. En 1968, cuando entré a la UVE, la Universidad Central de Venezuela, me incorporé al Movimiento de Izquierda Revolucionaria de mi país. La universidad era un torbellino de ideas políticas y revueltas que pusieron en crisis a la institución. El presidente cerró la UVE en 1970 y muchos estudiantes fuimos expulsados y perseguidos. Me exilé en Chile atraído por el programa de Allende; entré en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Chile, incorporándome al trabajo político en el Cordón Industrial Vicuña Mackenna. Antes del 72, hubo una amnistía en Venezuela, pero yo decidí no regresar. El 11, me fui al Cordón Industrial porque los trabajadores creían que la situación se podía revertir y yo los quería apoyar. Cuando llegaron los militares, nos replegamos en la empresa Lucchetti, dispuestos a resistir, entonces llamé a mi novia por última vez; a medianoche una ráfaga de ametralladora invadió la fábrica. Los pocos que aún resistíamos fuimos sacados con violencia, desnudos, y nos acostaron en un estacionamiento. A mí, un carabinero me gritó: “Tú, cubano, corre”. Le respondí que era venezolano y que no correría, pero me sacaron de la fila y contra una pared, me ametrallaron. Mi cuerpo fue arrojado frente a Lucchetti y después trasladado al Instituto Médico Legal. Dicen que soy el único venezolano muerto por los militares. En abril del 2018, la Universidad de Chile, me entregó de manera póstuma mi título de Ingeniero Eléctrico.