Soy Alberto Mariano FONTELA ALONSO, uruguayo, 26 años, pescador artesanal. En mi país era militante del Movimiento Tupamaro, por eso me tuve que refugiar en Chile donde me casé con una chilena y soy padre de dos hijos. El 12 de septiembre de 1973 en la noche, sin ningún motivo y sin una orden, llegaron militares a mi casa, en Vitacura. Ahí estaba yo con mi señora, Anne Bicheno Armour, embarazada, y un amigo uruguayo, Juan Manuel Cendán Ahumada, simpatizante del movimiento Túpac Amaru. Nos pidieron identificaciones y nos detuvieron a los tres. En un camión nos trasladaron hasta la Escuela Militar donde estuvimos encerrados junto a otras personas en la misma situación. Nos interrogaron y luego nos trasladaron al regimiento Tacna, salvo a mi señora que fue al regimiento Blindados N°2, de donde recuperó su libertad el día 14. A ella le dijeron que nosotros habíamos sido trasladados al Estadio Chile, pero nuestros nombres nunca aparecieron en las listas de ese recinto. A pesar de las gestiones de mi mujer, hasta la fecha no hay noticias de mi paradero. Considerando que la última vez que se me vio con vida estaba en manos de los agentes que me habían detenido, la Comisión considera que mi desaparición constituye una violación a los derechos humanos. 50 años más tarde, 2 ex oficiales fueron condenados por la Corte Suprema como autores del delito.