Soy Littré QUIROGA CARVAJAL, 33 años, abogado, Director Nacional de Prisiones, militante comunista. La versión oficial de mi historia, entregada por la Cancillería Chilena, decía así: “…Este funcionario del Régimen depuesto fue muerto por delincuentes habituales.” Burda mentira! Ahora quiero contarles lo que pasó, para que no se olvide. El día del Golpe, suspendí mi licencia médica y me presenté al trabajo, como correspondía. Ahí resolví enviar a los funcionarios a sus hogares y me comuniqué con las autoridades militares para determinar la situación de mi Servicio y la mía. Me dijeron que me presentara al día siguiente en el Ministerio de Defensa. Sin embargo, a las 21:45, un contingente de Carabineros llegó hasta mis oficinas. Me entregué voluntariamente y me trasladaron al Regimiento Blindado Nº2. El día 13, junto con otros detenidos, me enviaron al Estadio Chile, donde sufrí constantes y violentas agresiones por parte de oficiales del Ejército que me acusaban de ser responsable de la prisión y maltrato que habría sufrido el general Roberto Viaux, ese mismo que había asesinado al general René Schneider en 1970. El día 15, un grupo de prisioneros fuimos llevados al Estadio Nacional pero a Víctor Jara y a mí nos separaron de los demás. Nos ejecutaron a balazos y nuestros cuerpos fueron lanzados a la vía pública, donde en la madrugada del 16, fueron encontrados por pobladores de organizaciones comunitarias y sociales, cerca del Cementerio Metropolitano. La Comisión concluyó fácilmente, que fuimos ejecutados por agentes del Estado al margen de todo proceso, lo que constituye una violación a los derechos humanos fundamentales.