Mi nombre es Gregorio MIMICA ARGOTE, 22 años, soltero, estudiante de ingeniería mecánica, dirigente estudiantil de la UTE, la Universidad Técnica del Estado, militante comunista. Nací en Argentina, pero mi familia se trasladó a Chile cuando hacía la secundaria. Estaba en la UTE el 11 de septiembre con todos los demás estudiantes y empleados, que al día siguiente fuimos detenidos y llevados al Estadio Chile. Dos días después me dejaron en libertad, pero el día 14, estando en la casa y en presencia de mi familia, me detuvo por segunda vez una patrulla militar de 14 hombres. Desde ese momento pasé a ser un detenido-desaparecido. Curiosamente, en 1994, se encontraron mis restos pero los confundieron con los del académico Enrique Paris, quien fue erróneamente enterrado y yo seguí desaparecido. En el 2000, por el testimonio de un exmilitar, se supo que yo había sido interrogado y asesinado de un tiro en la Escuela de Artes y Oficios. Hoy, en ese lugar, una placa honra mi memoria y mi rol en el movimiento estudiantil. Solamente en el 2011, tras 38 años sin saberse de mí y gracias a una investigación judicial, mis restos fueron identificados mediante exámenes de ADN y mi familia pudo entonces darme sepultura. La Comisión determinó que mi desaparición es de responsabilidad de agentes del Estado que actuaron en violación a mis derechos fundamentales.