No soy una víctima del golpe de Estado en Chile, ni siquiera soy chilena, pero he conocido el dolor de los que tuvieron que salir de su país a causa de ese acto contra la democracia. Este personaje sin ojos, sin boca, sin rostro, es un homenaje a todos los que perdieron la vida sin ser identificados pero que no serán nunca olvidados. Sin ojos, sin boca, sin rostro, porque perdieron todos sus derechos.