No sé bien por qué estoy en esta arpillera, entre tantos que tienen mucho más que yo para contar. Mi vida fue de una sola línea, toda mi juventud trabajé contra esa dictadura que había quebrado mi adolescencia. Al tiempo, me vine a vivir a otro país y vivo en Toronto donde trabajé como corresponsal de “Chile Despertó Internacional”. Es cierto que en mi vida he tenido muchos dolores, pero eso no me ha impedido seguir adelante, tratando de ayudar a otros, tratando de ser consecuente con mis ideales y, debo decirlo, manteniendo siempre en mí una alegría. Alguien dijo que yo era una especie de heroína anónima aunque no me sienta así a los 60 años.