Soy Claudio JIMENO GRENDI, 33 años, sociólogo, dirigente del PS, casado con Isabel Chadwick, hija del senador socialista Tomás Chadwick Valdés, y tenemos dos hijos. Por Isabel, estoy relacionado con la familia Allende. Soy asesor de la Subsecretaría de Gobierno y el 11 de septiembre, salí apurado a mi trabajo. Como colaborador cercano a Salvador Allende, decidí que esa mañana mi lugar estaba a su lado en el Palacio Presidencial. Abandoné ese lugar, igual que mis compañeros, únicamente después de que el Presidente nos lo ordenara. Al salir, fuimos encañonados y se nos ordenó tendernos en el suelo con las manos en la nuca, estando permanentemente amenazados, incluso de ser aplastados por un tanque que se dirigió hacia nosotros. Todo eso fue registrado en material gráfico y publicado en un reportaje especial por la revista QUE PASA. Una vez que nos llevaron al regimiento Tacna, donde fui visto hasta el 13 de septiembre, pasé a ser un detenido desaparecido más. Mi hogar fue allanado en esas fechas, por eso sólo en 1990 mi señora presentó una denuncia por presunta desgracia. Mi familia, además, presentó una querella contra Pinochet, pero con el mayor sigilo, porque el peligro sigue estando presente para los que fueron parte del sueño de la Unidad Popular. En el 2014, mis restos fueron reconocidos, luego de trece años de haber sido descubiertos en una fosa clandestina en Peldehue. En noviembre de 2021, La Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago condenó a siete miembros en retiro del Ejército por los casos de 23 víctimas detenidos en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. Todos éramos colaboradores directos del ex Presidente Salvador Allende. Ocho de los casos, el mío entre ellos, fueron considerados como secuestro calificado por lo que los culpables fueron condenados a sólo 5 años de cárcel. Por lo tanto, al igual que el abogado querellante, Nelson Caucoto, confío en que la Corte Suprema pueda rectificar en esa parte esta sentencia, para que tengamos justicia plena.